Adquirir las habilidades de lectoescritura requiere que el niño@ cuente con una maduración cerebral suficiente para el desarrollo de estas destrezas, lo que usualmente ocurre entre los 6 y 7 años.
Si intentamos enseñar a los niños y niñas a leer y escribir antes de que su cerebro se encuentre lo suficientemente desarrollado para ello, no podrán adquirir dicha habilidad en ese momento, y se puede generar emociones negativas hacia estas actividades.

Los niños aprenden de lo concreto a lo abstracto, por lo tanto, el uso de experiencias sensoriales es importante en el acompañamiento de los niños y niñas, la exploración de los fonemas a partir de materiales sensoriales es significativo para el aprendizaje de lectoescritura.
Una premisa importante en la filosofía Montessori y por ende también en el desarrollo de la lectoescritura es la importancia de atender el ritmo del niño, de seguir al niño y la niña. Su propio progreso madurativo nos indicará cómo acompañar y guiar al niño a descubrir, encantarse y motivarse con la escritura y la lectura y el mundo que se abre ante ellos.
Aprender a leer y escribir es importante en la vida de cada niño y niña, pues se pueden vincular con otros y con el mundo que los rodea desde una nueva perspectiva, representan grandes herramientas del lenguaje por lo que adquieren nuevas formas de conocerse y comunicar sus emociones, pensamientos y sentires.